Este blog nació por casualidad como casi todas las cosas especiales que pasan en la vida.
Los que me conocen saben que he crecido entre fogones y que he tenido a la mejor maestra: mi madre, excelente cocinera y mejor persona. Todo lo bueno que pueda tener lo he heredado de ella.
Me apasiona la cocina, me relaja y además me parece una forma muy bonita de regalarles tu tiempo a los que más quieres. ¿Qué mejor que preparar una buena comida y sentarte después a la mesa con tus seres queridos?
Me gustaría que todos vosotros os contagiéis de esta filosofía y miméis a los vuestros preparando mis cocinitas...


lunes, 25 de mayo de 2015

Coulant de chocolate con sorbete de mandarina.

¡Hola a todos de nuevo!
Esta vez estoy de vuelta para enseñaros la receta del postre de los postres...
Nadie puede resistirse a este delicioso bizcocho caliente con chocolate derretido en su interior (a no ser que te encuentres entre ese raro segmento de la población a la que no le gusta el chocolate...), combinado con un helado ácido para compesar tanto la temperatura como los sabores, se convierte en un acierto seguro.
¿Calórico? Sí mucho, pero no pasa nada se hace un poquito de ejercicio al día siguiente y que te quiten lo bailao...
Así que por nada del mundo dejéis pasar esta receta porque además es súper fácil de preparar.


Ingredientes para cuatro personas:

  • 4 huevos
  • 115 gr. de chocolate fondant negro
  • 75 gr. de mantequilla
  • 75 gr. de azúcar
  • 75 gr. de harina
  • Cacao en polvo

Se derrite la mantequilla y el chocolate al baño María o en el microondas. Se reserva.

En un bol, se baten muy bien los huevos con el azúcar.

Se añade la mezcla de chocolate y mantequilla previamente atemperada y se mezcla suavemente.

A continuación se incorpora la harina tamizada.

Se engrasan los moldes con mantequilla y para que el bizcocho no tenga trazas blancas de harina, en esta receta usaremos cacao en polvo para "enharinar" los moldes y hacerlos antiadherentes.

Se dejan reposar en la nevera durante un par de horas aproximadamente y ya están listos para hornear a 220º durante 8 minutos. También se pueden congelar y hornear directamente sin descongelación, para ello el tiempo de horneado aumenta hasta los 16 minutos.

No dejéis de hacerla por favor. Seguro que os encanta.


¡Buen provecho y besinos!


viernes, 1 de mayo de 2015

Tartaletas de bechamel con jamón, piñones y espinacas.

Las espinacas, esa verdura que se nos atravesaba tanto de pequeños... Menos mal que ahí estaba el señor Popeye para convencernos de que había que tomarlas para estar muy sanos y fuertes.
Ahora es una de mis verduras favoritas, las utilizo en un montón de platos. Me parecen deliciosas y por extraño que parezca, mi hijo Dani es de la misma opinión.
En esta ocasión fueron uno de los ingredientes principales de estas riquísimas tartaletas que os van a encantar.


Ingredientes:

  • 1 paquetes de obleas para empanadillas
  • 4 lonchas de jamón serrano
  • 1 puñado de piñones
  • 150 gr de espinacas frescas
  • Harina 
  • Leche
  • Pimienta negra
  • Queso para gratinar
  • 1 molde para hornear muffins

El primer paso será precalentar el horno a la temperatura que indique el fabricante de las obleas de empanadillas. A continuación se  despegan las obleas del papel separador y se van colocando en el molde para conseguir la forma de las tartaletas.
Hay que darle a las obleas un primer horneado antes de rellanalas para evitar que la masa se quede cruda.

Se corta el jamón en tiras y se pone en una sarten caliente sin aceite. La propia grasa del jamón será suficiente para cocinarlo.

Cuando el jamón empiece a estar un poco dorado se añaden los piñones y se cocinan hasta conseguir tostarlos.

A continuación se incorporan las espinacas y se sofríen hasta que se reduzcan a la mitad de su tamaño.

Dependiendo de la cantidad de grasa que tenga el jamón que vayáis a utilizar, puede que necesitéis añadir un poco de aceite de oliva para hacer la bechamel. A continuación se incorpora una cucharada colmada de harina y se rehoga muy bien para evitar que sepa a crudo.

Se añade leche poco a poco y removiendo con una varillas hasta conseguir la consistencia deseada para la bechamel. Para este plato a mi me gusta bastante ligera.


Seguidamente se rellenan las tartaletas que habremos sacado del horno cuando hayan tomado un ligero color dorado.


Se espolvorean por encima con el queso para gratinar y se vuelven a meter al  horno hasta que se aprecie que la masa de las tartaletas esté bien horneada.


Se sacan del molde y ya están lista para presentarlas en vuestro plato favorito. Creedme cuando os digo que son deliciosas, así que por favor, no dejéis pasar esta receta.


¡Buen provecho y besinos!